En su búsqueda por ser el eje político y económico que su historia, tamaño y ubicación geográfica parecen darle por sí sólas la gran nación rusa siempre ha tratado de mostrarse al mundo a traves de una grandiosidad que a ojos de los europeos occidentales casi siempre ha pasado desapercibida. Ya en los tiempos de Pedro El Grande se había fundado la ciudad -y nueva capital de Rusia- de San Petersburgo (1703) en un intento de descentralizar a Rusia y también como una manera de mostrar la nueva ciudad como una ventana a Europa; este acontecimiento habría de marcar a la ciudad de Moscú durante los siguientes dos siglos, siendo vista como una ciudad de obreros en contraste con la multicultural San Petersburgo. Todo esto cambiaría con la Revolución Rusa, con Moscú como nueva capital de la nueva Unión Soviética y con futuros planes para darle a la nueva capital un brillo que habría de deslumbrar a las potencias occidentales.
Así, en la década de 1930 se ideó un plan para la reconstrucción general de Moscú, que transformaría a la ciudad en "la ejemplar capital del primer país socialista del mundo" -sí, otra vez la bendita grandiosidad- y claro, opacaría a la burguesa y altiva San Petersburgo, en ese entonces convenientemente renombrada como Leningrado. Pero todo este plan maestro que habría de redefinir el rostro de Moscú -se pensaba demoler edificios históricos- fue interrumpido por la invasión alemana a Rusia ("La Gran Guerra Patriótica" para los rusos), que habría de desangrar a la Unión Soviética durante cuatro años. Fue el tiempo, la inviabilidad -económica ó técnica- de varios de estos proyectos y los cambios que habrían de pasar en Rusia los que terminarían por enterrar estos proyectos junto con la memoria de Iosif Stalin, uno de los principales impulsores de este ambicioso plan de construcción.
Décadas después; ya con la Unión Soviética desaparecida y con el capitalismo establecido -para bien o para mal- como única manera de intentar restablecer la economía rusa ha surgido en la nueva Rusia una nueva forma de intentar devolverle a este país su papel preponderante en la economía mundial así como hacer de Rusia el país "Grandioso" -valga la redundancia- que siempre debió ser. Entre los muchos ejemplos de ello tenemos la construcción del Centro Internacional de Negocios de Moscú, un intento de hacer de la capital rusa un centro económico de Europa del Este y también una forma de mostrar a la capital rusa como algo más que la imagen de postal que todos tenemos del Kremlin y la nieve.
Veamos entonces, las siguientes imágenes para darnos una idea de lo que pudo ser el Moscú comunista y lo que será el nuevo perfil urbano de una ciudad ya adaptada al capitalismo. Así es, la "Grandiosa" -última vez que uso esta palabra en el post- Moscú que deseaban los dirigentes comunistas es una realidad gracias al capitalismo.
El Palacio de los Soviets. Destinado a ser el edificio más alto del mundo en su tiempo, iba a medir cerca de 415 metros. Se quedó en sus cimientos.
La Torre Rusia -con más de 600 metros de altura- iba a ser el edificio más alto de Europa, con dos torres simbolizando a San Petersburgo y a Moscú. Sin embargo, se suspendió su construcción por motivos económicos. Un dato adicional: El diseño es de Norman Foster.
El Edificio Aeroflot, más que un edificio, un monumento destinado a honrar a los sobrevivientes de un accidente aéreo.
Y claro, no tendrá un sentido conmemorativo pero es una manera de darle mayores comodidades a los trabajadores de la nueva Rusia. Una imagen nocturna del nuevo Centro de Negocios de Moscú, que será terminado alredor del año 2020.
El Palacio de la Tecnología, ubicado en las riberas del río Moscú.
Puente Bagration, un puente peatonal y comercial inaugurado en el aniversario 850 de Moscú y nombrado así en honor a un militar que peleó en la guerra Franco-Rusa. Más conmemorativo no podía ser.
Fuentes:
Wikipedia
Museo de Arquitectura de Moscú
Capital City Moscú